Si digo que el Señor es mi fuerza y mi canción, cantaré en medio de la prueba, sabiendo que Tú te deleitas con la alabanza de mi boca, cantaré al salir la aurora, y con esto demostraré que mi espíritu se alegra en mí Dios y mi Salvador. Entonaré cantos para deleitarme en Ti.
Aunque el día sea malo, Cantaré solo para Ti, sé que al hacerlo entraré por tus atrios con alabanza; todas mis cargas quedaran allí, depositadas en Ti. Eres mi canción ¡Amado Jesús!
Es tu Espíritu que canta dentro de mí en el día de mi aflicción.
Tomaré de tu fuerza, porque la mía es perecedera, la tuya es eterna y se renueva de día en día. Tu fuerza me sustenta, me llena de vigor y me hace sentir que soy diferente de la gente que solo depende de su "Propia fuerza".
Tomaré de tu fuerza, porque la mía es perecedera, la tuya es eterna y se renueva de día en día. Tu fuerza me sustenta, me llena de vigor y me hace sentir que soy diferente de la gente que solo depende de su "Propia fuerza".
Enseñame a luchar por tus propósitos eternos, luchar, por causas perdidas no tiene valor delante de Dios.
Quiero usar la fuerza que me das para conquistar tu corazón, si lucho por ello día tras día, sé que no fallaré; y te haré sonreír.
Si me has traído de lejanas tierras, permite, que mi ánimo no decaiga, que mis manos no se paralicen y que mi voz no se apague nunca por difícil que todo parezca...
Si me has traído de lejanas tierras, permite, que mi ánimo no decaiga, que mis manos no se paralicen y que mi voz no se apague nunca por difícil que todo parezca...
Luz Elena Pérez.
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