NO ES CUESTION DE SENTIR, SINO DE OBEDECER

Es casi imposible caminar como hijo de Dios, sin que halla cosas que se interponen para frenarnos.


Así que si hoy es uno de esos días en que te das cuenta de que estás perdiendo el tiempo; DESPIERTA, y sigue caminando porque el camino es largo para llegar a la meta, y cuanto más te pares, más vas a tardar en cumplir ese propósito, hoy dile al Señor, gracias por tu paciencia conmigo, por tu inagotable e inigualable amor que me renueva de día en día, y sostiene mi vida.

Si echamos un vistazo a uno de los grandes hombres de Dios, veremos que para él tampoco fue fácil ese caminar que lo conducía a la meta.

Para Jeremías no fue fácil reconstruir la muralla con tanta oposición. Golpeado encarcelado y echado a una cisterna, tuvo pocos amigos, tuvo conflictos internos por ver la dureza de un pueblo que no honraba a Dios, la lista de detalles sería interminable.

Así que si queremos llegar lejos con el Señor no será fácil, porque tendremos que morir cada día para que Él crezca en nosotros.

Yo hoy decido delante del Señor seguir adelante porque bajo sus alas estoy seguro, y quien podrá conmigo, si el "GIGANTE" pelea por mí... nadie puede tocarme porque soy del amado y Él me cuida, así que no importa las circunstancias actuales lo único que sé, es que Dios no miente y él ha prometido no dejarme sola; así que voy a conquistar ese camino y desterrar todos esos enemigos que impiden que corra hacia la meta.

Dios es como un fuego que nos consumé por dentro y nos impulsa a seguir adelante, y si Jeremías estuvo providencialmente sostenido por Dios ¿Acaso tú y yo no somos hijos de Dios para que esto ocurra también?

El motivo de tanto llanto en la vida de Jeremías fue ver la dureza de los corazones de un pueblo rebelde.

No sé el motivo que te impide hoy seguir adelante, pero puedes al igual que este hombre valiente, pasar por alto el dolor y las lágrimas y cumplir con lo que Dios te ha dicho.

Bendiciones.
Luz Elena Pérez.

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