OFRENDO MI VIDA

Señor hoy deseo darte lo mejor de mi vida. Pondré sobre tu altar la grosura de mi vida. Mi quebranto, mi ánimo, mi desaliento, no serán un impedimento para hacer lo que me has mandado a realizar.

Sin importar como me sienta pensaré cada día  agradarte. Que mi vida pueda ser de continuo una ofrenda encendida, que no se apague ni de día ni de noche. En todo tiempo y bajo toda circunstancia que mi vida arda con ese fuego que no se puede extinguir, porque su origen es divino.

Que al ofrecer mi vida sea sin defecto, para que pueda ser grata para ti, porque finalmente a ti, solo a ti es a quien quiero y me importa agradar.

¡No quiero ofrecerte nada que no me cueste! Aún así quebrantada de espíritu, ofreceré para ti lo mejor. Aún así vituperada, te ofreceré lo mejor. Aún así aunque todos y todo me falla te ofreceré lo mejor. Aún así con mi cuerpo físico cansado te ofreceré lo mejor.

Me comprometo no solo a hablar de la ofrenda que hoy te elevo, sino también a hacerlo. Que mis palabras encuentren coherencia con mis acciones. Y que sobre tu altar se consuma mi vida entera sirviendo ¡A ti que me amaste primero! ¡A ti que eres el origen de la razón de mí existir! ¡A ti amado Señor Jesús!

Luz Elena Pérez

No hay comentarios:

Publicar un comentario