PARA CUMPLIR CON EL TRABAJO DEL REINO SE REQUIEREN MUCHOS.





Entonces el suegro de Moisés le dijo:

No está bien lo que haces. Desfallecerás del todo, tú, y también este pueblo que está contigo; porque el trabajo es demasiado pesado para ti; no podrás hacerlo tú solo. Oye ahora mi voz; yo te aconsejaré, y Dios estará contigo. Está tú por el pueblo delante de Dios, y somete tú los asuntos a Dios. Y enseña a ellos las ordenanzas y las leyes, y muéstrales el camino por donde deben andar, y lo que han de hacer. Además escoge tú de entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia; y ponlos sobre el pueblo por jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de diez.
Éxodo 18:15-27

Ellos juzgarán al pueblo en todo tiempo; y todo asunto grave lo traerán a ti, y ellos juzgarán todo asunto pequeño. Así aliviarás la carga de sobre ti, y la llevarán ellos contigo.
Jetro aconsejó a Moisés y le presentó un mejor plan.
Los grandes hombres no sólo deben estudiar para ser útiles, también deben arreglárselas para que los demás sean útiles.

Una de las formas de no desfallecer es entrenar al pueblo para la batalla, si al pueblo se le advierte que es tiempo de poner en marcha lo aprendido, sin duda esto ayudará al líder.
Ayudar a llevar la carga liviana es necesario “no por ser liviana deja de ser carga”.
Si el líder desfallece por no tener gente a su lado; se corre el peligro de que todos declinen.

Jetro había podido ver esto, y aconsejó a Moisés.
El pueblo había tenido ya mucho entrenamiento habían cruzado el mar rojo, abriéndose a sus ojos, el milagro más espectacular, único y jamás visto, además su sed fue calmada saliendo agua de la Roca.
Fueron alimentados en el desierto, cayendo del cielo el maná, y muchas cosas más.
Ahora era tiempo de poner a prueba su fuerza y lealtad primeramente a Dios y luego a su dirigente.
El cuadro de esta historia nos debe aspirar a anhelar ser en todo tiempo un pueblo trabajador y consiente de la necesidad que hay de unir nuestras fuerzas, para trabajar con más ímpetu para nuestro Dios.
Dios siempre convocará a hombres y mujeres con integridad, para que podamos desempeñar la hermosa labor de ser siervos de su reino.

Bendiciones

Luz Elena Pérez



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